Les convido la muy interesante columna de Luis González de Alba en la revista Nexos de este mes de enero de 2012:
Dilemas morales
por Luis González de Alba
Un equipo de la Michigan State University planteó este dilema y
publicó los resultados en el journal Emotion. Los resultados fueron que el 90%
de los participantes movió la palanca que desvió el tranvía. La gente es capaz
de violar una regla moral si eso significa minimizar el daño.
“Encontramos que el mandamiento No matarás puede superarse al
considerar un bien mayor”, dice Carlos David Navarrete, quien encabeza el
equipo. Como psicólogo evolucionista, Navarrete explora panoramas amplios,
digamos: ¿por qué la evolución nos implantó juicios morales y cómo se ajusta la
conducta a ellos?
El problema del tranvía se ha empleado por décadas. Pero es la
primera vez que el dilema se presenta no como una pregunta, sino como una
acción en un experimento virtual “con todas las imágenes, sonidos y
consecuencias de nuestra acción”.
El estudio mostró también que quienes no movieron la palanca
para desviar el tranvía resultaban más afectados. La razón es todavía
desconocida. Pero podría ser que la persona se congele durante momentos de alta
ansiedad, como ocurre al soldado que no dispara su arma en batalla, sugiere
Navarrete.
“Pienso que los humanos tienen aversión a dañar a otros y esa
aversión debe ser contrarrestada por algo. Lo podemos conseguir por medio de
pensamiento racional: pensar en la gente que salvamos, por ejemplo. Pero en
algunas personas el incremento de ansiedad puede ser tan abrumador que no
realizan la elección útil, no eligen el mayor bien”, concluye Navarrete.
El medio virtual usado está en: http://www.cdnresearch.net/vr
La autoafirmación provee ascensos a hombres
Los más importantes directores ejecutivos de una corporación en
su gran mayoría son hombres. En la jerga de las empresas, los puestos altos se
denominan en inglés C-suite porque en su mayoría comienzan con C: chief
executive officer, chief operating officer, chief information officer. Son
C-level executives. También se emplea el acrónimo CEO, por chief executive
officer: oficial ejecutivo en jefe. Así que podemos decir que el conjunto de
los CEOs (no se debe emplear el plural de un acrónimo, pero es necesario)
constituyen la C-suite. Con frecuencia todos, sin excepción, son hombres. En
ocasiones hay mujeres, pero son minoría a veces hasta en empresas que ofrecen
productos o servicios a mujeres… Si revisamos la C-suite de Max Factor, Revlon
o Dior, Chanel, Ricci, encontramos que el conjunto C es en buena parte
masculino.
Respuesta fácil: la dominación masculina, el machismo, la
exclusión de las mujeres… ¡Ay de mí!
Pero un grupo internacional conducido por la Columbia Business
School en el que hay hombres y mujeres de otras instituciones, entre ellas la
Universidad Autónoma de Barcelona, sostiene que ha encontrado algo más. El
estudio, publicado por el Journal of Economic Behavior & Organization
descubre cómo influye la manera en que hombres y mujeres se piensan a sí mismos
y cómo reaccionan a los incentivos.
Los hombres tienden a mostrar honesta y natural confianza en sus
desempeños anteriores. Si bien hombres y mujeres mienten por igual cuando hay
incentivo para eso, las mujeres exageran menos su buen desempeño previo. Hay
una clara brecha por sexo en cuanto a la autoconfianza honesta, esto es, cuando
la persona no cree estar mintiendo ni exagerando. El resultado es que las
mujeres son seleccionadas con un tercio de menor frecuencia de lo que deberían
según se desprende de sus habilidades. “Hay una significativa diferencia entre
los sexos en cuanto a su autoconfianza honesta”. Una tendencia inconsciente
hace inflar sus buenos desempeños a los hombres. En otras palabras: se la
creen. Y así tenemos otra variable más para entender la brecha por sexo en los
puestos de mayor liderazgo.
“No es asunto de pedir a los hombres que no mientan, pues de
forma honesta creen que sus desempeños son 30% mejores de lo que son en
realidad”. Tampoco resulta pedir a las mujeres que inflen sus buenos
desempeños. Que sea inconsciente es básico.
El cómo se obtuvo ese número es un diseño experimental largo y
tedioso de explicar. Pida el protocolo con: Sona Rai sr2763@columbia.edu
Vacuna contra el prejuicio
Es posible que los prejuicios hayan sido necesarios para la
sobrevivencia, sostiene un equipo interdisciplinario donde participan Julie
Huang de la Universidad de Toronto, Alexandra Sedlovskaya, de Harvard, Joshua
Ackerman del MIT y John Bargh de Yale. “Nuestros distantes ancestros debieron
evitar a los extraños”. Los motivos son variados: evitar portadores de
enfermedades y de violencia contra el grupo son algunos. Un extraño era un
posible peligro. Ocurrió una selección natural: quienes los recibían acababan
muriendo en muchas ocasiones. Quienes los rechazaban sobrevivían… y pasaban sus
genes a la siguiente generación.
Pero el mencionado estudio sugiere una forma de romper ese
vínculo con el cavernario que llevamos. Y que ya no necesitamos… o no siempre.
En tres experimentos se midieron niveles de prejuicio contra
diversos grupos, desde inmigrantes y adictos a drogas hasta personas gordas.
Cuando se aplicó una vacuna contra la influenza y además se dio una explicación
acerca de su efectividad, quienes se sintieron más protegidos por la vacuna
mostraron prejuicios atenuados.
En otro se probó la eficacia de desinfectarse manos y teclado de
computadora pública. “Como era de esperar, entre quienes no se desinfectaron
las manos la aversión a los gérmenes se correlacionó de forma positiva con la
aversión a grupos estigmatizados”.
El estudio reúne por primera vez psicología evolutiva,
psicología cognitiva y salud pública. Dicen los autores que una intervención en
la salud, como vacunarse o lavarse las manos puede ser “un tratamiento moderno
para una calamidad antigua”.
Más información: Julie Huang, julie.huang@rotman.utoronto.ca.
Los videojuegos violentos alteran más a hombres
Hombres adultos jóvenes mostraron cambios en regiones cerebrales
asociadas con funciones cognitivas y control de emociones luego de una semana
de enfrascarse en videojuegos violentos, según estudio de la Escuela de
Medicina en la Universidad de Indiana presentado al congreso anual de la Radiological
Society of North America.
Los investigadores de esa universidad han estudiado
los efectos de la violencia en los medios por más de una década, y es la
primera ocasión en que conducen un experimento que muestra correlación directa
entre videojuegos violentos y cambios subsecuentes en regiones cerebrales como
los mencionados.
“Hemos encontrado que adultos jóvenes mostraron menos activación
en ciertas regiones frontales del cerebro luego de una semana de videojuegos en
casa”, dice Yang Wang, investigador de la Universidad de Indiana. “Las regiones
cerebrales afectadas son importantes para el control de las emociones y de la
conducta agresiva”.
Hay pues un efecto de largo plazo en el funcionamiento cerebral.
“Estos efectos se pueden mostrar como cambios de conducta luego de periodos
largos de juego”, sostiene Wang.
Para mejor control de los resultados, se proveyó de laptops a
los jóvenes para que jugaran en su ambiente natural, en casa. Estudios previos
se habían hecho dentro de un laboratorio.
Contacto: Mary L. Hardin, mhardin@iu.edu
Luis González de Alba. Escritor. Publicaciones recientes: Olga, El vino de los bravos y
unos tequilas y Maravillas y misterios de la física cuántica.
www.luisgonzalezdealba.com
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