sábado, 31 de diciembre de 2011

Por qué son demasiados 10 mandamientos


Una revisión con humor acerca de por qué son demasiados 10 mandamientos, con el comediante George Carlin.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Nuestra única posesión


Viktor L. Frankl

por Guillermo Vega Zaragoza

Es curioso que Alex Castañeda haya mencionado ese libro atroz, pero que luego de su lectura, nos deja una enseñanza bellísima: El hombre en busca de sentido del psicólogo vienés Víctor L. Frankl.

Como ya sabemos, Frankl nos narra su experiencia como prisionero en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Con sólo enunciar el tema nos podemos imaginar las crueldades que ahí sucedieron. Todos hemos visto en fotografías, documentales y películas el horror que significó descubrir la existencia de esos campos de exterminio, donde millones de personas fueron asesinadas luego de padecer innumerables agresiones y vejaciones. Entonces y ahora, nos sigue pareciendo increíble no sólo que algunas personas hayan sobrevivido a ellas sino que, precisamente, quienes las infligieron hayan sido seres humanos. 

En efecto, millones de personas perdieron la vida en esos lugares. Pero también miles de personas sobrevivieron a las bestiales condiciones de los campos de concentración. ¿Cómo fue posible esto? ¿Por qué unos sí tuvieron la fuerza para soportar todo tipo de violaciones a su integridad humana y sobrevivieron, mientras otros se dieron por vencidos y se dejaron morir, asumiendo como inevitable un destino tan cruel? En la respuesta a esta interrogante radica la belleza que nos revela ese libro. 

El doctor Frankl nos enseña que, en el campo de concentración, todas las circunstancias conspiran para conseguir que el prisionero pierda sus asideros. Todas las metas de la vida familiar, profesional, sentimental, han sido arrancadas de cuajo, por la brutalidad más irracional que se pueda imaginar. Frankl cuenta que, luego de que le ordenaron que se deshiciera de todas sus pertenencias y se despojara de sus ropas para desinfectarlo antes de entrar al campo, se encontró desnudo esperando su turno para entrar a la ducha de agua fría. Allí se dio cuenta de que lo único que poseía era su "existencia desnuda", pues no había nada que pudiera ser un nexo material con su vida anterior como padre, esposo o médico. En ese momento entendió que el ser humano es, como lo dijo también el filósofo español José Ortega y Gasset, tan sólo él y su circunstancia. 

Conforme fueron avanzando los días, las semanas y los meses de su inefable estancia en el campo de concentración, Frankl atestiguó cómo algunos de sus compañeros de desgracia fueron dándose por vencidos, perdiendo toda esperanza de volver a ver a sus familias, a sus seres queridos, y, literamente, se dejaron morir. La cámara de gas y los hornos crematorios solamente le ahorraban a estos individuos la humillación última de tener que suicidarse, pues más que personas parecían muertos en vida.

Pero, a través de su propia experiencia y de la observación de sus compañeros, Frankl llegó a una importante conclusión: la clave estaba en la actitud que cada persona asumía en relación con las circunstancias que en este caso, en mala suerte le habían tocado vivir. Frankl nunca perdió la esperanza de volver a ver a su esposa y a sus hijos, de volver a caminar por las calles de su ciudad, de admirar el amanecer y escuchar el canto de los pájaros del parque, de volver a atender a sus pacientes en el hospital. Frankl asumió que esa circunstancia por la que atravesaba en tales momentos era totalmente transitoria y que, por más irracional que fuera, no iba a durar para siempre. 

Descubrió algo sumamente bello, que la gran mayoría de los seres humanos pocas veces logramos discernir por nosotros mismos: la "última de la las libertades humanas" es la capacidad de "elegir la actitud personal ante el conjunto de circunstancias" que le toca atravesar.

Pueden encerrarme, quitarme todas mis pertenencias, insultarme, vejarme, torturarme, pero si no me matan, sigo siendo libre, a pesar de estar enclaustrado entre cuatro paredes; sigo siendo libre para decidir si estas circunstancias las vivo como un infierno inevitable o como una circunstancia transitoria, pasajera, como una fase más de mi vida que puedo aprovechar para hacer algo útil, para mí y para mis semejantes. O, por el contrario, puedo decidir rumiar mi desgracia o mi mala suerte, convertirme en un muerto viviente, drogarme o emborracharme para evadirme de esa circunstancia, para no enfrentarla, decidir que nada tiene sentido, que "para qué hago algo si nunca voy a salir de aquí". 

Este libro es especialmente valioso para entender en qué consiste el sentido de la vida; es decir, para qué estamos aquí: el sentido de la vida es, precisamente y aunque parezca una paradoja, vivir. Todos nacemos, vivimos y morimos. Esa es la única certeza que tenemos. La forma en que vivimos es una elección personal: puedo vivir mi vida como una fiesta o como un infierno, puedo sentirme libre recluido en una cárcel, o sentirme prisionero caminando por la ciudad. La única posesión que adquirimos con la vida es la libertad, incluso la libertad de quitarnos la propia vida.

Yo soy responsable de mi libertad para vivir mi vida como quiera, porque es lo único que nadie, nunca, me va poder quitar. Vivir sin libertad es como estar muerto en vida.

¿Y tú, qué tanto eres conciente y responsable de tu libertad?

Dos grandes verdades para navegar la vida

He llegado a la conclusión de que hay dos verdades distintivas y precisas que pueden servirnos de “Manual del Propietario” en la puesta en marcha y operación cotidiana del saber vivir “la vida” y me gustaría compartirlas en este blog:
En la novela “El volador de Cometas” (“The Kite Runner”) de Khaled Hosseini publicada en el año 2003, el autor: en la trayectoria de la narrativa, nos obsequia con un concepto moral de alto nivel digno de usarse como guía, “una y otra vez”, en la constante necesidad de tomar decisiones ante los problemas planteados por la cotidianidad y el destino: él toca el tema del “robo”. 
Hosseini nos dice que solo existe un pecado, sólo uno, y ese es el pecado de “robar”.  Cuando matas escribe: robas, sí, robas a...: un padre de su hijo, a una mujer de su esposo, a un amigo de sus amigos y a unos hijos de sus padres. Cuando hieres, le robas a alguien la salud y la capacidad de trabajar y por lo tanto le robas a la larga el bienestar. Cuando abandonas, robas la alegría y cuando sustraes bienes ajenos; te llevas objetos y posesiones que son valiosas para alguien: provocas tristezas pues robas, no tanto objetos, sino felicidades y orgullos. En síntesis, no robes ni lo material, ni lo espiritual y mucho menos la mas preciada de las posesiones, no robes vida.
El doctor Viktor Emil Frankl, en su libro “El hombre en busca del sentido” publicado en 1946, nos presenta, entre muchas, una poderosa y práctica técnica (de contenido moral) la cual nos habilita para confrontar, manejar, sufrir y salir adelante con entereza de cualquier posible revés que nos presente la vida. El seminal libro basado en su práctica y estudios médicos profesionales como psiquiatra y alimentado por las terribles experiencias sufridas en el campo de concentración del “Nacional Socialismo Nazi” (donde fuera confinado al perder su libertad, como tantos otros judíos en los años de la guerra), Frankl nos habla de cómo, ante aquel insoportable confinamiento y su consecuente dolor físico y espiritual, muchos de los ahí recluidos paliaban el dolor sobreponiéndose estoicamente al mismo por vía de asistir a otros a llevar y soportar su propio dolor: “cuenta el autor que al encontrarse uno de los hombres a punto de cometer suicidio, los amigos le recordaron que él tenía un hijo en Norteamérica que le esperaba con anhelo y que requería de su amor de padre, este hombre se sobrepuso a su tristeza y salió adelante para vivir un día mas y así tirar para adelante”. 
No es ajena a persona alguna la noción de que una madre es capaz de dar todo por sus hijos: soportar cualquier dolor, infelicidad e inclemencia con tal de poder auxiliarles por sobre de ella misma. Para nadie es ajeno tampoco el hecho de cuando eres responsabilizado de la salud y bienestar de un tercero, sientes que no puedes desfallecer o morir y obtienes fuerzas insospechadas de tus flaquezas evidentes.
En resumidas cuentas:
Dos conceptos de profunda valor a ser asimilados:
No robes y cuida de alguien o algo. 
No despojes a persona alguna de su propiedad: vida, salud y posesiones y siempre ten algo que cuidar, conservar, preservar, sanar y amar: sobre todo, aprende a amar.  

A. Castañeda

miércoles, 28 de diciembre de 2011

12 propósitos para el 2012



Es común que en esta época, plagada de abrazos y muestras de cariño, intentemos reflexionar sobre lo bueno y lo malo del año que concluye, que sin duda trae a la mente lo logrado y lo no intentado.

Todo esto, sin temor a equivocarnos, termina en una serie de justificaciones del por qué logramos o no lo que queríamos. Mucho se debe, sin duda, a la rapidez o falta de tiempo que nos regalamos para reflexionar sobre lo que es importante para nuestra vida y felicidad.

Unas semanas atrás, un amigo nos compartía un artículo escrito por él, sobre los propósitos para el nuevo año en donde hace una serie de recomendaciones. Durante esa conversación, nos enteramos de que una de las tradiciones establece que los propósitos del nuevo año deben determinarse del 13 al 24 de diciembre, dedicando un día de reflexión a cada uno.

El tiempo que dedicamos a esto nos permite con claridad identificar lo que nos gusta y no nos gusta, y lo que puede ser un propósito lograble o no. 

En dicho periodo en este año, nos planteamos un reto, que tiene como objetivo realizar una reflexión sobre 12 aspectos humanos, a discutir mensualmente durante los 12 meses de este año, concluyendo con un propósito por cada mes.

El compartir nuestro punto de vista y enriquecerlo con las opiniones de todos los que quieran participar busca mejorar los aspectos que contribuyan a nuestra felicidad.

Este es un proyecto abierto a la colaboración de todo aquél que desee compartir algo relacionado con alguno de los 12 temas que propondremos para cada uno de los meses del año y que abarcan los que son, a nuestro juicio, 12 de los temas más importantes de la esfera humana de nuestro tiempo.

Los temas son:

TEMA 1. ENERO: Ser y querer

TEMA 2. FEBRERO: Cuidarse a sí mismo

TEMA 3. MARZO: La familia

TEMA 4. ABRIL: Los amigos

TEMA 5. MAYO: Amor y pasión

TEMA 6. JUNIO: Crecimiento personal y creatividad

TEMA 7. JULIO: El trabajo

TEMA 8. AGOSTO: La diversión

TEMA 9. SEPTIEMBRE: La comunidad

TEMA 10. OCTUBRE: El país

TEMA 11. NOVIEMBRE: El planeta

TEMA 12. DICIEMBRE: Muerte y trascendencia

La mecánica de participación será la siguiente:

-Al inicio de cada mes se postearán preguntas sobre los temas para que los colaboradores participen respondiéndolas.

-Los colaboradores pueden participar posteando textos propios, o de otros, tomados de revistas o libros (dando la fuente), enlaces a páginas web de interés sobre el tema, compartiendo lecturas, recomendando libros, películas o música, enlazando videos o fotografías o imágenes.

-Los textos propios pueden ser relatos de experiencias propias o de otros, anécdotas, cuentos, crónicas, testimonios, poemas, etcétera.

La idea es que, de preferencia, las colaboraciones aporten elementos para responder a las preguntas propuestas por cada tema y animar el intercambio de puntos de vista, con la posibilidad de incluir otras preguntas que no hayan sido establecidas desde el principio.

Para empezar, hemos invitado a varios de nuestros amigos que consideramos que les interesa enriquecer su vida a través de la reflexión y del intercambio de ideas, para vivir felizmente y ser mejores personas. Estos amigos podrán invitar a más amigos y así conformar una comunidad que dedique un poco de su tiempo al mes para reflexionar.

Es por ello que hemos titulado este blog “Granos de arena”, ya que como dice la escritora Belisa Bartra, “para mover una montaña, hay que empezar con un grano de arena”. Si queremos cambiar nosotros y contribuir a que el mundo sea un mejor lugar para convivir, debemos aportar nuestros granos de arena.

La lectura de lo que se publique en el blog está abierta a todo aquel que le interesen los temas. La publicación de colaboraciones sólo será posible a través de la solicitud expresa para participar en nuestro blog. Ojalá todos lean y estén interesados en publicar.

Las reglas básicas de convivencia en el blog son las que se acostumbran en un medio abierto, serio y responsable: se centran en el respeto a las personas y a lo que escriben. Se puede no estar de acuerdo con las ideas y manifestarlo con respeto y cortesía.

Pilar y Guillermo